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Tina Payne Bryson y Daniel J. Siegel
Editorial Alba, 2012

Los psicoterapeutas Payne y Siegel nos dan algunas pistas para afrontar esos momentos clave en los que debemos decidir si mantenernos firmes o ser flexibles, si usar la mano izquierda o la mano derecha. Porque resulta más fácil afrontar el aprendizaje de conceptos que de emociones, no solo los padres, sino cualquiera que desee ser más feliz habrá de aprender a sobrellevar los momentos complicados con la máxima inteligencia posible.
Precisamente de tipos de inteligencias comienza hablando este libro publicado en Alba, distinguiendo las funciones y las maneras de hacer de cada hemisferio. Se da especial importancia a la integración de ambos como vía para lograr el equilibrio, pero también a la manera de usar el cerebro superior en situaciones en las que tendemos a dejarnos llevar por el instinto más primitivo.
Abordado desde una perspectiva científica, este volumen ayuda a sortear situaciones complejas como son los cotidianos enfrentamientos con los hijos con motivos varios: caprichos momentáneos, conflictos entre hermanos, discusiones por las responsabilidades diarias... Los autores proponen sintonizar con los sentimientos de los hijos, poniéndonos en su lugar para entibiar los ánimos y lograr soluciones que no dañen la autoestima de nadie y que parta del respeto.
Partimos de que la forma en que afrontamos las situaciones será el modelo de conducta que mantendrán como referencia nuestros hijos. Si somos excesivamente irascibles, si nos lanzamos a insultar al otro, si no somos capaces de ponernos en el lugar del otro será complicado que el pequeño lo aprenda él solo. La vida emocional de toda persona es más que compleja y nociones tan profundas son difíciles de aprender si no se han ido mamando desde niños.
No se aprende en un día cómo decidir cuándo elegir trazar un límite u ofrecer afecto y comprensión, cómo controlar las emociones, cómo ser empáticos, cómo tomar decisiones éticamente. Buscar el equilibrio entre la rigidez y el caos es un logro apetecible para cualquiera y las doce estrategias expuestas en este libro, con casos que reflejan qué salidas pueden tomarse en cada ocasión, ayudan a conseguirlo. Ojalá tuviéramos a mano la página idónea de este libro a la que acudir en cada situación tensa. Es cuestión de proponérselo, ¿o no?
¿Y tú? ¿Qué cosas crees que podrías mejorar en tu forma de resolver conflictos en casa?
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